Preocupaciones sobre Arte y su contexto

martes, 2 de junio de 2009

El Sentido del Arte. Última parte (por ahora)



Se habló también de un Arte realista, que muestra a la realidad tal cual es porque osino no la percibiríamos, y la realidad son las contradicciones que tenemos. Marx, que junto con Engels acuña el término de Arte Vanguardista, habla de un abandono absoluto de la belleza, el artista se convierte en gestor público y hace que el Arte de Vanguardia empuje a la Historia para adelante, la Vanguardia tiene el rol de acelerar las cosas en la Historia, esclarecer a aquel que todavía no está esclarecido en sus contradicciones. Pero también este modelo fracasó, el sentido del Arte de Vanguardia no tuvo el eco necesario para su supervivencia, el mundo estaba cambiando y con él el Arte.


Una vez que la Razón, que Kant dijo que nos iba a emancipar, produjo Auschwitz y la Bomba atómica, nada volvería a tener el mismo sentido. El arte es capturado por la razón técnico-instrumentista, pero su lógica no es ésta. Lo que mide el mercado no es al mejor artista sino al que más vende, y por medio de la reproducción gráfica se permite que la obra idéntica a la real sea expuesta en todas partes. Lo que tiene de diferente la obra original, es que en ella se encuentra el autor hablando y con esto escapa a la razón técnico-instrumentista, sin embargo, con la reproducción se vuelve mercancía y entra en la lógica de la razón técnico-instrumentista. La popularización del Arte es producto de esta lógica. La pérdida del aura se produce cuando la relación del público es con la obra, no más con el artista proyectándose en la misma. Pero esta pérdida del aura no trae consigo el tan sonado fin del arte, pues la capacidad de transmitir una idea sigue tangible. El arte es un lenguaje que busca un fin que está más allá del Arte, pero se sigue sin delimitar exactamente cuál es ese fin en este momento de la Historia.


El lenguaje tiene la particularidad de esconder la realidad, y la realidad son las ideas que uno se forma en la cabeza, no lo que está en el mundo, las cosas existen porque uno las dice, por lo que el arte pasa a ser la realidad interpretada por el artista. Entonces la obra de arte existe en el ser como un discurso, y en una sociedad gana el que impone su discurso. Gramsci habla del poder que da el discurso hegemónico, es el que guía, el que se impone sobre los demás. Dentro del mundillo artístico es Arte solo lo que impuso su discurso, y se impone el discurso que el crítico decide. El concepto de hegemonía es lo que permite vislumbrar qué sucede muchas veces en las Bienales, grandes premios, etc. La orientación o el rumbo que siguen las diferentes manifestaciones artísticas no escapan al bloque hegemónico del que habla Gramsci. Si bien antes se dijo que para entender lo que una persona hace debo entender el fin que esa persona persigue, se llega al punto en que no solo eso es necesario, sino que debo comprender cual es el fin que esa persona no sabe que sigue, el fin que le es impuesto.


Redondeando, a lo largo de la Historia el mundo fue tomando rumbos diferentes y produjo obras de Arte diferentes, en cada momento y lugar con un sentido diferente. La vida sin Arte es inimaginable, porque el arte de un pueblo es la manifestación más pura de su identidad, sus problemas y contradicciones. El arte es hoy una forma de denuncia y aspira siempre a generar un cambio en el espectador, quizá la forma en que se está desarrollando por ahora no sea la más eficaz para lograr ese diálogo con el pueblo, puesto que el lenguaje que utiliza se fue tornando cada vez más inaccesible y enigmático. Es preciso lograr una apertura, un punto de conexión entre lo cotidiano, las masas y el Arte, valerse de los mass media para su difusión y crear así un puente que se fue cayendo a lo largo del tiempo. Caso contrario, el Arte no morirá, pero se tornará cada vez más elitista y ensimismado, y ahí si, correrá el peligro de perder su sentido.